José Luis Pérez, Presidente de la Asociación Española de Filosofía del Deporte, ha sido el encargado de presentar el webinar “El deporte tras el coronavirus”.Pérez es también profesor catedrático de Filosofía del Derecho en la Universitat Pompeu i Fabra.
En esta sesión, Pérez reflexiona sobre cómo será y cómo se quiere que sea el deporte en estos difíciles momentos de afectación más directa del coronavirus, así como en el medio y largo plazo. Durante el webinar, Pérez mostrará alguna de las reflexiones que recoge su reciente libro: “El deporte tras el coronavirus”.
Coronavirus: efectos, estado de alarma y deporte
El deporte es un concepto muy genérico que incluye muchas variedades: deporte amateur, profesional, escolar… Y, ante tantas variantes, tampoco ha afectado por igual
el impacto de la COVID-19 en cada una de ellas.
El deporte tras el coronavirus ha dejado de ser relevante. Es una de las primeras prácticas que ha caído en desuso tras el confinamiento. Aún así, su práctica sigue
siendo uno de los hábitos que las personas ponen en primer lugar, ya sea como amateurs o como profesionales.
“Una vida sin deporte sería una vida con menos valor del que desearíamos todos.” – José Luis Pérez
1. Protección de la salud y reinicio de las competiciones
Uno de los principales retos que ha vivido el sector del deporte ha sido el de cómo reiniciar las competiciones preservando la seguridad de los actores que participan en ella: jugadores, miembros del equipo…
En los primeros días de crisis, las competiciones fueron drásticamente suspendidas. Había mucha incerteza sobre el futuro y todo giraba entorno a la expectativa sobre la evolución de la pandemia y su control. Además de los intereses propios de deportistas, federaciones y espectadores, ante esta situación las cadenas de televisión presionaron para reanudarlas, sobre todo en deportes como el fútbol y el baloncesto.
La debacle económica que ha supuesto el confinamiento hubiera sido catastrófica si no se hubiese podido retomar. Se produjo un pacto entre los 3 pilares del deporte: El Consejo Superior de Deportes (CSD), la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga para llegar a un acuerdo en el que todos cedieron para poder reanudar las competiciones.
2. El CSD delega la gestión de las competiciones a las federaciones
El CSD haya delegado la decisión a las federaciones sobre qué hacer con las competiciones: reanudarlas, cancelarlas o aplazarlas. No ha habido una respuesta unitaria, ni homogénea, y esto ha supuesto un agravio comparativo entre modalidades deportivas, y dentro de cada una de ellas. Un ejemplo de ello ha sido dentro de la federación de rugby, la cual ha tomado una decisión para la sección femenina y otra para la masculina.
3. Decisiones drásticas y dispares
Reanudación de los entrenamientos y de las competiciones
Otro de los retos con el que se ha enfrentado el sector del deporte en España ha sido la falta de técnica legislativa e índole política durante el estado de alarma. Muchas de las normas que se han adoptado han venido dictadas por la Consejería del Deporte y no han sido homogéneas. Se ha permitido la reanudación de los entrenamientos en algunas modalidades como el fútbol, pero no en la natación, por ejemplo.
Esta disparidad de decisiones no ha sucedido solo en el deporte español. En el caso de la liga de fútbol francesa se optó por suspenderla y no retomarla, a diferencia de la liga inglesa o alemana.
Protocolos de salud para profesionales
Otro de los agravios comparativos ha sido la creación de protocolos de salud para profesionales, y no para el resto de deportistas. Además, el hecho de haber reanudado la competición futbolística por cuestiones de índole económica ha generado mucha controversia entre los jugadores. Esta decisión entra en contradicción con los derechos de los deportistas que estaban interesados en preservar su salud. Y es que, la eventualidad de incluir un concepto de pandemia no estado recogido en los seguros de los deportistas. La única competencia que lo incluye es Wimbledon.
4. El papel de los deportistas en la toma de decisiones
A pesar de que los grandes protagonistas en el sector del deporte son los mismos deportistas, ante esta situación su papel ha sido muy escaso. Esto ha evidenciado que es uno de los aspectos que debe mejorar la estructura de gobernanza del deporte. Para Pérez, los deportistas deben tener un mayor peso democrático en las grandes decisiones. Aún así, una de las organizaciones que más ha batallado por los derechos de los futbolistas ha sido la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Tras la pandemia: ¿y ahora qué?
Hablar sobre los efectos del coronavirus a largo plazo es difícil porque todo es muy incierto todavía. No solo por lo que pueda ocurrir en España o en Europa, sino en todo el mundo. El deporte es un fenómeno global y muchas de las competiciones que nos atraen son planetarias: el mundial, las olimpiadas…
Cambios a corto plazo
- Algún cambio en el reglamento. En el caso de fútbol, ahora hay 5 sustituciones, una pausa en el minuto 30 y una adaptación general al juego sin espectadores. También hay cambios en las reglas de conducta: se deben evitar las celebraciones en los goles, las expectoraciones, así como el intercambio de camisetas. También se han suspendido los controles de dopaje en España.
- La violencia. El hecho de que no haya aficionados en los estadios ha hecho que el grado de violencia disminuya radicalmente. Algunos autores que colaboran en el libro escrito por Pérez, plantean que la propia pandemia y los estigmas que se puedan producir respecto a determinados colectivos de personas contagiadas puede convertirse en un nuevo factor a tener en cuenta.
- Estadios deportivos. Si bien antes eran espacios de congregación de masas y diversión, ahora han dejado de ser espacios de confianza. No se admiten espectadores durante las competiciones. El reto que se presenta ahora será la forma en la que se permitirá de nuevo su acceso, aunque sea de forma progresiva. Se tendrá que ver cómo reaccionan los aficionados, ya que son lugares donde es más fácil que se produzca un nuevo rebrote.
Además, la pandemia está acelerando algunos procesos que ya se estaban dando como los “smart stadiums” o estadios inteligentes. Los avances tecnológicos que sean accesibles a los clubes y federaciones harán que se implanten rápidamente para garantizar la salud de trabajadores y espectadores. Se está estudiando que haya herramientas de control para la asistencia de los espectadores con reconocimiento facial, y el proceso de higienización de los estadios se verá reforzado.
- Pagos a través de medios electrónicos. A la larga, los pagos en efectivo dejarán de utilizarse para dar paso a los pagos electrónicos.
- Reconocimiento facial y protección de datos. Si se implanta el reconocimiento facial o de huella dactilar se deberá de gestionar para compatibilizarlo con la intimidad de los espectadores y la protección de datos.
- Vulnerabilidad del deporte en la sociedad. La progresiva comercialización no ha ido a la par con la evolución de los intereses de los deportistas y aficionados.
- Analizar cómo ha afectado la crisis en el deporte y en aquellos colectivos históricamente discriminados. Tras la pandemia, colectivos como el femenino y el de personas con discapacidad. Posiblemente puede que sean los colectivos que más perjudicados salgan tras la crisis.
- Resurgimiento del deporte en casa. Tras el confinamiento ha aumentado la práctica del deporte en casa, hecho que posiblemente impactará en los gimnasios.
- Auge de los e-sports. Si bien es cierto que los e-games y e-sports estaban al alza, tras el confinamiento se ha disparado su consumo y práctica. Se han podido realizar desde casa y, en gran medida, tras la suspensión de las competiciones deportivas estrictas han ocupado ese espacio.
- Medio ambiente como reto. Las federaciones últimamente han tenido una mayor preocupación por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Quizás, tras la pandemia, el mundo del deporte se muestra más concienciado por la preservación del medio ambiente.