Todas las personas que tengan altos cargos en una empresa y quieran dar un paso adelante en su carrera profesional, deben estar dispuestas a mejorar las habilidades directivas que ya poseen.
Habilidades directivas clave, ¿cuáles son?
En primer lugar, debemos identificar qué destrezas o habilidades necesita un directivo para liderar con éxito. Aunque pueda variar en función de la empresa y del sector, hay competencias clave que todo líder debe poseer:
- Comunicación.
- Capacidad de liderazgo.
- Autoconfianza y autoconocimiento.
- Gestión del tiempo y el estrés.
- Adaptabilidad.
En tiempos que cambian a toda velocidad, es fundamental mejorar las habilidades directivas para destacar en un entorno laboral que puede estar saturado. Como no siempre tenemos estas aptitudes de forma innata, conviene trabajar sobre ellas.
Consejos para mejorar las habilidades directivas
Mejora tu capacidad de comunicación, tanto verbal como no verbal
- Apuesta por la naturalidad al hablar. No intentes utilizar expresiones que habitualmente no forman parte de tu vocabulario, puesto que quedarán forzadas. Ten en cuenta que la educación siempre suma puntos. Saluda, despídete y pide las cosas “por favor”.
- Busca las ideas clave de tu discurso. Te será muy útil para reuniones, exposiciones o entrevistas.
Prepara con anterioridad cuál es tu objetivo principal, de forma que puedas transmitirlo de forma clara y efectiva, incluso si olvidas el resto de tu exposición. Para evitar esto último, conviene hacerte un esquema, que lleve de la idea inicial a la conclusión. Así podrás hacerlo entender con claridad.
- Cuidado con la comunicación no verbal. Unos brazos cruzados, por ejemplo, pueden transmitir cerrazón. Mantén una postura abierta y natural para fomentar una mejor conexión con tu audiencia.
- Ten en cuenta qué dificultades te pueden surgir. Por ejemplo, si tu interlocutor no parece escucharte, debes buscar cómo despertar su interés y mantener su atención.
Mejora tu capacidad de liderazgo
- Una vez que has mejorado tu capacidad de comunicación, utilízala para aprender a comunicarte con tu equipo de forma efectiva. Sé claro delegando tareas y hazlo directamente, nunca a través de terceros.
- Asigna objetivos claros y alcanzables. Nada desmotiva más que no ver la luz al final del túnel. Asegúrate de felicitarles cuando alcancen sus metas, reconociendo sus logros para mantener la motivación.
- Confía en tu equipo y delega tareas que se ajusten a sus habilidades. Un buen directivo ayuda a tomar decisiones y resolver problemas concretos.
- Comprométete. Tu equipo debe sentir que tus objetivos y los suyos están alineados, fomentando la colaboración efectiva.
Mejora tu autoconfianza y autoconocimiento
- Todo lo que hagas para mejorar las habilidades directivas no servirá de nada si no aprendes a conocerte y mejorar tu autoconfianza.
- Para ello, analiza qué cosas minan tu autoestima. Contraataca estos pensamientos negativos con cosas positivas sobre ti mismo.
- No te compares con los demás. Todas las personas tienen defectos, aunque no siempre sean visibles. Enfócate en tu propio progreso.
- Cumple tus objetivos sin posponerlos y felicítate cuando los consigas.
- Toma conciencia de los logros que has obtenido hasta ahora.
Gestión del tiempo y el estrés
- Sentir que no llegas a todo o que te falta tiempo es una de las principales fuentes de estrés.
- Haz una lista de tareas. Las más importantes en primer lugar y no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
- Márcate unos tiempos de trabajo estrictos, en los que evites contestar al teléfono o leer mails. Sabemos que es complicado, pero aumentará tu rendimiento.
- Fíjate plazos realistas, a ti y a tu equipo, y cúmplelos.
- Realiza sólo una tarea a la vez. Aunque pueda parecer que realizar muchas tareas ahorra tiempo, lo cierto es que nuestro cerebro funciona mejor cuando nos centramos en una única cosa.
Mejora tu adaptabilidad frente a situaciones difíciles
- En primer lugar, intenta planificar. Si sabes que van a venir cambios, adelántate a ellos. Analiza el mercado y las tendencias para identificar posibles cambios y prepararse para ellos.
- Intenta que el proceso de cambio se introduzca de forma gradual. Esto minimizará el impacto, facilitando la adaptación.
- Busca la parte positiva de cada cambio. Reflexiona sobre lo que has ganado, las habilidades nuevas que has adquirido y cómo eso puede ayudarte en tu carrera profesional.
- Prepara a tu equipo. Si ellos también están expuestos a los cambios, tenlos en cuenta. Explícales con claridad qué va a ocurrir y cómo les va a afectar. Ofrecer alguna compensación puede ayudarles a sentirse más optimistas.
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