Ahora, más que nunca, en tiempos de incertidumbre e inestabilidad, es crucial definir un rumbo sobre el que guiar a la empresa. Dirigir estratégicamente es la clave para que la organización alcance sus objetivos, pero ¿qué es la dirección estratégica?, ¿por qué es importante?, ¿cuáles son sus etapas?
¿Qué es la dirección estratégica?
Hablar de dirección estratégica es hacer referencia al proceso de formulación de estrategias funcionales que permitan el desarrollo de la organización. Tiene como objetivo principal ayudar a las empresas a potenciar la competitividad estratégica y el rendimiento de la compañía buscando la fidelización del cliente. Así pues, la dirección estratégica es la parte más importante dentro de la dirección empresarial.
Este plan estratégico tiene en cuenta cinco actividades básicas:
- el ámbito o campo de actividad;
- las capacidades o competencias distintivas;
- las ventajas competitivas;
- la sinergia y la cooperación y
- cómo aportar valor al cliente.
Definir las decisiones estratégicas y aplicar una buena dirección estratégica no es tarea fácil. Implica acompañar las acciones de valor agregado e innovación teniendo en cuenta los procesos internos del negocio y los contextos inestables y cambiantes en los que se encuentra el negocio.
Claves de la dirección estratégica: misión, visión, valores y filosofía de la empresa
Toda dirección estratégica debe buscar el cumplimiento de la misión, visión, valores y filosofía de la compañía generando una propuesta diferencial de valor para el cliente, adaptada a cada situación de mercado y entorno. La misión, visión y valores son estables y duraderos en el tiempo. La estrategia debe ser flexible y adaptada a cada momento buscando la generación de valor para el cliente con una respuesta sostenible y respetuosa con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Misión
Muy vinculada a los objetivos, la misión describe la razón de ser de la empresa, así como su objetivo principal. Debe ser única y acorde a los principios del negocio.
Visión
Este punto hace referencia a lo aspiracional, es decir, responde a quién queremos ser. La visión de una compañía o negocio tiene un carácter motivador e inspirador, pero que a su vez debe contener metas realistas y factibles.
Filosofía y valores
Consiste en los principios éticos, creencias o cualidades sobre los que se basará la cultura de la empresa.
Fórmula SMART, define inteligentemente los objetivos para la dirección financiera
Como en toda planificación estratégica , los objetivos son el alma mater. Es importante que en la dirección de la empresa estratégica los objetivos sean lo más claros y realistas posibles. Para ello, se suele utilizar la fórmula SMART, que significa inteligente en inglés, y a la vez es el acrónimo de los adjetivos:
- Specific (Específicos).
- Measurable w/Measurement (Medibles).
- Achievable (Alcanzables).
- Relevant (Relevante).
- Time-Oriented (Limitados en el Tiempo).
Así pues, los objetivos deben ser concretos y muy definidos; cuantificables; factibles; relevantes; y con fecha de caducidad. Si no se consiguen definir metas que cumplan estas características la empresa navegará sin rumbo, y eso provocará un mayor riesgo de pérdidas.
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Fases del proceso de la dirección estratégica
Este proceso está formado por tres fases básicas e interrelacionadas a lo largo de su desarrollo:
ANÁLISIS ESTRATÉGICO
En esta primera fase o etapa se determinan los factores que forman el análisis DAFO: el conjunto de amenazas y oportunidades que pueden afectar a la empresa (análisis del entorno o externo), así como sus fortalezas y debilidades (análisis interno). También se tiene en cuenta la definición de la misión y objetivos de la empresa.
FORMULACIÓN DE ESTRATEGIAS
Una vez realizado el análisis estratégico, se formulan y diseñan alternativas para que la empresa consiga alcanzar la misión y objetivos. Es en esta fase cuando las estrategias corporativas definen las direcciones de los modelos de negocio y métodos de crecimiento de la empresa. Para ello, se toman decisiones basadas en el análisis previo y se definirán estrategias funcionales que permitan su rápida implementación.
IMPLANTACIÓN Y CONTROL DE LAS ESTRATEGIAS
Una vez analizado y definido, llega la hora de implementar y poner en práctica la estrategia. En esta fase, además de ser importante tener un plan bien definido, será fundamental cómo se lidere y cómo se comunique al conjunto de los recursos humanos.
La capacidad del directivo para liderar y estimular a su equipo será clave para alcanzar los objetivos. Liderar no es mandar ni ordenar, es inspirar, delegar, medir y actuar con el ejemplo. Es gestionar con el método de “Managing by walking around”.
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Esta última fase se compone también de la etapa de planificación y control de las estrategias. Todas las acciones deben definirse teniendo en cuenta la medición de resultados. Así pues, se deberán establecer mecanismos que permitan cuantificar los efectos de las acciones.
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