El cambio climático es un hecho y los datos lo confirman. El aumento de la demanda de materias primas, la escasez de recursos naturales y el crecimiento de la población mundial y la demanda están haciendo que la situación sea insostenible.
Ante este contexto, para muchos la economía circular se presenta como la alternativa con la que combatir la situación.
En el siguiente artículo te contamos en qué consiste este modelo de economía alternativa y qué papel puede jugar en esta situación de emergencia climática y ecológica, tema tratado por Josep Domènech, profesor de Euncet Business School, en el workshop “Economía circular: ¿moda o necesidad?”
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Economía y sostenibilidad
Antes de entender la economía circular debemos definir qué se entiende por economía y sostenibilidad.
Para la Real Academia Española, encontramos en su tercera acepción que la economía es la “3. f. Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos.” Domènech, compartiendo esta definición, añade que “la economía es la ciencia de la escasez entendida como algo único.”
Por otro lado, la sostenibilidad, según la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas (1987) consiste en “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias.” Dicho de otro modo, hacer algo hoy siempre y cuando no comprometa las acciones del mañana.
Toda producción implica un impacto ambiental, por lo que existe una relación vinculante entre la economía y la sostenibilidad. Ya en los años 70, la industrialización del momento, muy dinámica y sin un control exhaustivo por parte de las autoridades en materia de sostenibilidad, fue el presagio de la situación actual.
En el 2000, los países miembros de las Naciones Unidas acordaron una lista de objetivos de desarrollo sostenible conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Entre los ocho propósitos, por primera vez apareció la sostenibilidad, pese a que era recogida como recomendación.
Dos años después, con la publicación del libro “Cradle to cradle = de la cuna a la cuna: rediseñando la forma en que hacemos las cosas”, Michael Braungart y William McDonough mostraron su preocupación ante esta problemática e introdujeron el concepto de eco-efectividad, relacionado con la industria y el medioambiente a través del (re)diseño. Y no fue hasta 1989 cuando Pearce y Turner hicieron mención expresa a la “Economía Circular” en el libro “Economía de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente”.
¿Qué es la economía circular?
“A corto plazo lo que mueve la economía es el consumo. A largo, la productividad”– Josep Domènech. La economía circular es definida por Ecoembes como un “sistema económico y social cuyo objetivo principal es la producción de bienes y servicios a la vez que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía”. Con este modelo alternativo de economía se promueve alargar la vida útil de los materiales, huyendo así del “usar y tirar” promovido por el sistema lineal actual.
La filosofía zero waste está muy relacionada con la economía circular y la sostenibilidad. Y con ella han aparecido conceptos como la huella ecológica, forma de medir el impacto medioambiental de un individuo o empresa, y el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, momento del año en el que se consumen todos los recursos que la Tierra puede generar en un año de forma sostenible.
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“La economía será circular, sí o sí”. Con esta afirmación, Domènech no considera otra alternativa para paliar la situación actual. El modelo de la economía circular amplía las conocidas 3R (reducir, reutilizar y reciclar) a 7 añadiendo rediseñar, reparar, renovar y recuperar con el objetivo de crecer con menos consumo de recurso. En el rediseño de la forma de entender el mundo está la clave de la sostenibilidad del planeta y eso bien lo saben los sectores. Entre los más contaminantes destaca el sector de extractivos, logísticos, textil y alimentario.
La economía circular ha evidenciado que una alternativa al modelo “usar-tirar” es posible y en la mano de toda la sociedad está el revertir la situación actual en la que sobrepasamos ampliamente lo recomendable y apostar por una nueva lógica respetuosa con el medio ambiente y más sostenible para el desarrollo de las futuras generaciones.
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