Estrategia empresarial y liderazgo directivo: el éxito organizacional

Existen casi tantas estructuras de negocios como personas. Cada una de ellas debe decidir qué es lo mejor para su empresa, y por ello es extremadamente difícil hablar de una única estrategia empresarial que funciones para todos

Sin embargo, sí podemos decir que es el hilo conductor que puede llevar nuestro negocio a buen puerto. Nos ayudará a lograr nuestros objetivos. Es en este momento en el que se determina la capacidad de líder que tenga el directivo encargado de esta misión.

En el siguiente artículo, te explicamos la importancia de una estrategia empresarial consistente para lograr los objetivos corporativos con éxito y te damos algunos consejos para mejorar en la función directiva.

¿Qué roles existen dentro de la alta dirección?

La función directiva se basa en ejecutar. Además, de decidir los Planes de Acción sobre problemas u oportunidades, tomar decisiones y coordinar equipos, es decir, dirigir.

Según las variables consideradas para definir el rol y los tipos de problemas que traten hablaremos de investigador, técnico o directivo.

Investigador

Si el perfil solo considera algunas variables en el tema estratégico y trata tanto problemas operativos como no operativos.

Técnico

Tiene en cuenta todas las variables y gestiona problemas operativos. Los problemas tienen una estructura cuyo proceso de resolución se basa en una secuencia lógica (pasos) y su solución se realiza mediante una acción técnica y única. Para poder ejecutarla se requieren conocimientos y capacidades. Dos buenos técnicos tienden a resolver problemas operativos parecidos de la misma manera.

Directivo

Analiza todas las variables que interfieren y se encarga de los problemas de tipo no operativo. El problema no está estructurado por lo que no es secuencial y existe una variedad de posibilidades para solucionarlo. A diferencia de las problemáticas con las que se enfrenta un técnico, en el caso del directivo la acción es prudencial y requiere de conocimiento, capacidades y valores. 

En estos contextos, los directivos deben analizar con mayor amplitud (ver más aspectos relevantes), profundidad (mejorar comprensión) y alcance (ver más allá al considerar el impacto de las decisiones). Así pues, dos buenos directivos no tienden a resolver problemas no operativos parecidos de la misma manera.

Podríamos definir a los directivos como aquellos profesionales que logran que grupos heterogéneos de personas trabajen para conseguir ciertos objetivos, en el contexto de una empresa. Mientras que las empresas son el conjunto relativamente reducido de personas que coordinan esfuerzos para conseguir objetivos que les interesan, cada una por sus motivos.

5 áreas de actuación de un directivo

A continuación, te mostramos los 5 ámbitos en los que todo directivo actúa:

  1. Estrategia. Debe poder definir las estrategias que fijen el rumbo de la empresa.
  2. Recursos. Gestiona los recursos de manera óptima y eficiente.
  3. Personas. Además de gestionar recursos también lo hace con su equipo humano. Debe ser empático y potenciar las aptitudes de sus trabajadores.
  4. Estructura. Es importante que cree estructuras para que no exista clientelismo ni dependencia con proveedores u otros actores que participen en la cadena de suministro.
  5. Operaciones. Supervisa y se asegura de que las operaciones se realicen con la máxima eficiencia.

Dirigir implica gestionar interacciones entre personas para satisfacer sus necesidades lo mejor posible, en contrapartida con su colaboración, lo cual exige tener concepto claro de persona y basarse en determinados valores. Cuando interactúan los actores provocan aprendizaje que se genera en cada una de las decisiones y acciones que toma un directivo. Este proceso es importante porque constituye la cultura de la empresa.

Te puede interesar: Liderazgo personal

La estrategia empresarial, ¿qué es?

Podemos definirla como el conjunto de decisiones que nos llevarán a conseguir una ventaja competitiva. Y, en última instancia, a alcanzar nuestros objetivos y nuestra visión de negocio a largo plazo. Pero, dado que no hay un único tipo de estrategia empresarial que funcione para todos, ¿qué se debe tener en cuenta a la hora de componerla?

Establece tus objetivos a medio y largo plazo

Lo primero que una empresa debe tener claro son su misión, su visión y sus valores. Con ellos, puedes marcarte unos objetivos que puedes alcanzar. Puede ser una guía que te indique a dónde quieres que llegue tu negocio en una franja temporal de 3 a 5 años. 

Intenta que sean objetivos cuantificables, y no sólo objetivos indefinidos como “ofrecer una gran calidad”. Este es el primer paso y el más importante, puesto que la estrategia empresarial se basa en alcanzarlos. También es el momento de establecer marcadores. Es decir, cifras u objetivos deseables que nos servirán para compararlos con los resultados reales obtenidos una vez que acabe el proceso.

Desarrolla la estrategia de negocio

Analiza tu empresa y responde a varias preguntas: ¿qué producto o servicio ofrezco? Si son varios, ¿están relacionados? ¿Dependen entre sí? Y, para poder ofrecerlos, ¿de cuántos departamentos dispongo? ¿Dónde lo voy a comercializar? 

Una vez definida la forma de trabajar, las líneas de negocio y las fases de producción, pregúntate por el servicio post-venta y cuáles van a ser tus círculos de actuación. Todas estas preguntas te darán una visión global y te darán una estrategia a seguir para poder tomar decisiones. Además, serás consciente de los recursos disponibles.

Analiza la competencia

¿Qué puedes ofrecer tú que no ofrezcan los demás? ¿Cuál es tu ventaja competitiva? En estos casos, es muy conveniente realizar un DAFO realista, que nos dé una idea de la situación real. 

Analiza tus puntos fuertes, tus debilidades, fortalezas con respecto a la competencia y las oportunidades en tu entorno, y piensa cómo puedes mejorar. Es muy importante que seamos capaces de encontrar el elemento que nos diferencia de los demás, la ventaja competitiva.

Elabora líneas de actuación

Una vez definidos los tres puntos anteriores, es hora de pasar al siguiente paso: elaborar líneas de actuación. Sabiendo qué objetivos quieres alcanzar, los recursos que tienes a tu alcance y qué te diferencia de los demás, puedes trazar las estrategias que debe seguir cada departamento. ¿Cómo puedes reducir el coste de materiales? ¿Y optimizar las relaciones interdepartamentales? El servicio post-venta o de seguimiento de calidad, ¿qué protocolos deben seguir?

Siguiendo estos cuatro puntos, podrás crear tu propia estrategia empresarial, que será válida para tu negocio.

La importancia de la estrategia empresarial en la consolidación de objetivos

No sólo necesitamos tener una estrategia clara a seguir para lograr los objetivos que nos marquemos, sino que los objetivos deben ser la base sobre la que cimentemos nuestra estrategia empresarial. Gracias a ella, que nos garantizará una correcta toma de decisiones, nos aseguraremos la consecución de nuestros objetivos. 

De todas formas, cada empresa o negocio es una entidad que evoluciona con el tiempo, por lo que te aconsejamos que mantengas tu estrategia como algo vivo, que pueda evolucionar. Mide tus resultados y compáralos con los marcadores de control (con los objetivos marcados en un inicio), para observar brechas, corregir errores y aplicar cambios en futuras líneas de negocio o formas de trabajar.

Consejos para aprender a ser o a mejorar en la función directiva

Es importante partir de la premisa: el director se hace, no nace y esto se consigue mediante entrenamiento y formación.

Si bien es cierto que la experiencia es un grado, apostar por el entrenamiento ayudará a acelerar la experiencia del directivo. Ya sea estando cerca de un buen directivo del quién  aprender o tomando muchas decisiones similares en un entorno “controlado” (metodología) ayudarán en este proceso.

Un directivo…

  • Debe saber. Tener conocimientos sobre lo que está haciendo le dará autoridad y le permitirá analizar las peculiaridades de su negocio y mercado al que va dirigido.
  • Saber hacer. Debe tener ciertas habilidades para hacer lo que sabe.
  • Poder hacer. Además, es importante que tenga aptitudes para desarrollar esas habilidades y conocimientos.
  •  Querer hacerlo. La actitud es una de las claves para ser un directivo de éxito que consiga hacer que su equipo multiplique, y no solo sume.

Las habilidades profesionales del directivo y la empresa deben potenciar un futuro con mucha singularidad. En función de la cultura corporativa y exposición a la disrupción, estas  habilidades pueden ser distintas:

  • Tecnología. Hay que desarrollar capacidad de absorción de las tecnologías emergentes, gestionar su complejidad, evitar la parálisis por el análisis, así como apostar por la capacidad de síntesis y el Small Data realizado por personas, y no por el Big Data, propio de las máquinas. 
  • Personas. Capacidad de comunicación, empoderar equipos, capacidad de negociar, flexibilizar, saber gestionar conflictos, evitar la desmotivación, compartir conocimientos y tener autenticidad predicando con el ejemplo. Los directivos están para ser capaces de inyectar confianza y marcar el rumbo del equipo para que se focalice y tenga confianza para desarrollar nuevas soluciones y nuevos equipos para que crezcan.
  • Innovación. Hay que ser creativos, empáticos con el cliente, tener sentido emprendedor e intraemprendedor y ser capaz de detectar y explotar nuevas oportunidades.
  •  Agilidad. Hay que ser óptimos en nuestro tiempo y en el ajeno. Gestionar tiempo de la organización, saber priorizar, tener capacidad de concentración y ser ágiles implementando decisiones.

Tal vez te interese: Técnicas para el rol del líder en la resolución de conflictos

Cualidades básicas para un liderazgo empresarial efectivo

Un líder es una persona que puede sacarle el máximo partido a un grupo humano y/o técnico y, al mismo tiempo, hacer con ello que se interiorice un método por el cual los rendimientos no solo se optimizan a corto plazo sino, sobre todo y más importante, también a medio y largo. Por ello, esta figura debe:

  • Pensar. Es la base de la estrategia y la innovación. Pensar como metodología para trazar esquemas que fijan fugacidad de nuestras ideas.
  • Vender. Es fundamental no perder la máxima principal: vender con margen, es lo que permite a las empresas crecer. Hay que tener organizaciones orientadas a la venta. Implementar procesos de customer centric, tener una estrategia comercial clara y comunicar a todo el personal para implementarla y que suceda: hacer hacer.
  • Tener curiosidad. Preguntar constantemente. La curiosidad es la fuente de toda innovación.
  • Saber implementar relatos. Gestionar con el propio ejemplo, es decir, mostrar y demostrar que el directivo hace lo que dice. 
  • Entrenabilidad. Transformarse constantemente. Aprender y desaprender debe ser una constante para ser un buen directivo.
  • Optimismo y resiliencia. Persistir y no decaer sin obstinarse es una de las claves. Es tener claro el propósito y aprehender de los errores para conseguirlo. Es fundamental aplicar la metodología agile.
  • Respetarse. Tener el propósito de respetar a las demás conociéndose a uno mismo. Es la base de cualquier organización que desee tener un crecimiento sostenible a lo largo del tiempo.
  • Pasión y dedicación. Quien no ame ni se emocione con lo que hace está perdiendo el tiempo.
  • Ser ejemplo por encima de la retórica.
  • Inspirar y no limitarse a mandar.
  • Dar sentido a las agendas de todos. Saber gestionar el tiempo del equipo y tener capacidad de síntesis para ser efectivos.
  • Crear perímetros de confianza. Hacer hacer. Dejar que el equipo actúe y se equivoque.

Además de ello, también debe:

Trabajar más que los demás

Un líder debe ser siempre un ejemplo para su equipo. En cierto modo, debe controlar múltiples detalles al mismo tiempo, coordinarlos y hacer ver a los demás que cuenta con la suficiente seguridad como para hacerlo. Sólo hay un método para conseguirlo y consiste en trabajar más que el resto de los miembros de dicho equipo.

En efecto, muchas personas piensan que un líder trabaja más para dar ejemplo: sin embargo, no es que el líder haga más trabajo, sino que hacer más trabajo hace un líder. El nivel de información que requiere para coordinar a su equipo y las responsabilidades que deberá asumir hacen necesario que trabaje más que los demás: de ahí, además de su buena labor nacerá el ejemplo para los demás.

Tener capacidad organizativa

Como hemos dicho, un líder debe manejar gran cantidad de información en la gestión de un equipo. Pero también debe poder darle sentido y organizarla para poder sacarle el máximo partido a su equipo y a sus decisiones. Por ello, debe tener capacidad para visualizar los objetivos y las estrategias más adecuadas para conseguirlos.

Este es el segundo paso de lo que debe considerar el liderazgo empresarial: obtener la información necesaria para hacer una gestión idónea de los recursos de los que se disponen.

Disponer de versatilidad emocional

En este punto lo que el liderazgo empresarial debe buscar es una capacidad para dominar cada situación. Un líder empresarial debe saber relacionarse en cualquier situación posible. Eso requiere de la llamada inteligencia emocional para poder reconocer el perfil de la otra persona y los puntos en los que podemos incidir para obtener buenos resultados.

Es un aspecto fundamental si lo que queremos es formar equipos y ambientes de trabajo competitivos y con una atmósfera donde todos pueden sentirse partícipes y sumar.

Tener decisión y seguridad

Es importante que el directivo genere espacios de seguridad a sus colaboradores. En el liderazgo empresarial es crucial que un líder consiga que todas las personas confíen en él. Es un valor intangible que suma a cualquier compañía y cualquier grupo humano, ya que dota de autonomía y empoderamiento a los colaboradores, creando así equipos autosuficientes y alineados con los valores y cultura corporativa.

Ser responsable

Es un rol que exige una gran capacidad, grandes oportunidades y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad.

Un líder debe asumirla, incluso cuando haya tomado decisiones equivocadas. Es muy importante que una persona que asuma el liderazgo empresarial esté dispuesta a asumir su responsabilidad sin delegar en otros. Hacerlo supondría un deterioro en la confianza que el equipo deposita en él y que, al fin y al cabo, es la que hace posible su labor.

Los retos del liderazgo en la actualidad

Los directivos están para ser capaces de dar confianza y marcar el rumbo del equipo para que se focalice con seguridad para desarrollar nuevas solucione y nuevos equipos para que crezcan.

Es clave no olvidar que no solo hay que tomar decisiones en situaciones de excepcionalidad. Lo importante es saber crear la necesidad de cambio y evolución en situaciones más estables.

Vivimos en un momento en el que el mundo cambia constantemente y cada vez es más inestable. La definición de la visión de lo que se quiere ser forja engagement. Debe nacer desde la prudencia y no la ignorancia.

Es relevante  comprender que la situación actual es imposible predecir un desarrollo o planificar la ruta del negocio. Se debe intentar comprender y reflexionar sobre el contexto, pensar estratégicamente y armonizar habilidades que se tienen en la compañía y explotar comportamientos divergentes de la organización para ver el problema desde diferentes prismas.

Ahora, los problemas son “multicapa”. Hay que buscar la sencillez, la autenticidad y la transparencia. Parte de uno mismo y concentrarse en tener confianza en la organización, aplicar fuerza donde sea efectivo y optar por dejar de perder el tiempo en cosas que no importen.

También hay momentos en los que las demandas de los clientes pueden ser contradictorias, e incluso desafíen los valores de la empresa. Es momento de tomar decisiones con mucha consciencia y tener certeza de que en esta toma de decisiones se cometerán errores. Hay que ser ágiles y adaptarse a las necesidades . 

Es clave promover la cultura de empoderamiento facilitando la innovación y premiando la resiliencia y constancia frente al éxito puntual. Hay que liderar multiplicando mediante el empoderamiento. No hay que buscar el protagonismo sino el cumplimiento de la visión y misión de forma ágil, flexible y adaptativa. La misión es lo más estable que se tiene y cuando todo se torna volátil es lo único que permanece.

7 consejos de modelo de gestión a corto plazo

  1. Ahora: oriéntate a la acción. No se puede procrastinar hasta que la realidad pase por encima y tome la decisión por nosotros. Hay que orientar la acción al ahora.
  2. Apuesta por las personas. Es importante proteger, cuidar y empoderar a los miembros del equipo. Se debe confiar en ellos. 
  3. Aléjate de los catastrofistas. Alejarse de gente que no aporte propuestas de solución.
  4. Gestiona la tesorería con previsión. En cualquier situación y contexto es crucial que la gestión de la tesorería sea sólida y estable.
  5. Aprovecha las oportunidades. Pueden aparecer oportunidades que se deben saber detectar y aprovechar.
  6. Ayuda siempre que puedas. Se debe pensar en clave de facilitar el trabajo y procesos. Es importante mostrar actitud colaborativa y flexible.
  7. Aprehende de los propios errores. Reflexionar y pensar en las soluciones de los errores. Atreverse a pensar y renovar aprendizajes son aspectos fundamentales para ser el directivo al que se aspira ser.

Si quieres aprender a desarrollar una buena estrategia empresarial que garantice la consecución de tus objetivos de negocio, no te puedes perder el Global Executive Master de Euncet Business School.

Artículos relacionados